Ciclopistas de pintura




La mala planeación de la ciclopista y la falta de respeto hacia los usuarios, en su tramo de la colonia Roma, provoca que esta sea invadida frecuentemente por los automovilistas. El GDF tiene que entender que las ciclopistas se hacen con algo más que buenas intenciones, se necesita planeación urbana para su correcto funcionamiento. En algunos de sus tramos, la pista se limita a unas líneas pintadas en el suelo, en un país en donde no existe cultura ciclista y en donde la división entre peatones, ciclistas y automóviles debe ser radical.

En dicho tramo, la pista funcionaría correctamente si se hubiera tenido la idea elemental de eliminar una línea de autos estacionados y proteger la ciclopista con un cambio de nivel, o en su defecto, colocando la línea de autos estacionados como protección de la propia pista. Es triste reconocer que las personas que la idearon no tuvieron la mínima intención de documentarse acerca de las experiencias de ciudades como Ámsterdam, Londres y Pekín, en donde estos conflictos se abordan gracias al diseño urbano.

Esperemos que las próximas ciclovías atiendan a estos problemas, una vez que se ha anunciado la colaboración de la Facultad de Arquitectura de la UNAM con el gobierno capitalino.